martes, 29 de mayo de 2012

¿QUE SE PUEDE HACER PARA AYUDAR A UN FAMILIAR QUE PADECE ESQUIZOFRENIA?


¿Qué se puede hacer para ayudar a un familiar que padece esquizofrenia?
Si se ha diagnosticado esquizofrenia a un familiar, nuestro papel puede ser muy importante a la hora de ofrecer al paciente esquizofrénico apoyo y ayuda para que reciba los cuidados adecuados.
 Es importante entender bien la esquizofrenia para respaldar plenamente a un miembro de la familia que padece la enfermedad. El médico debe estar preparado para responder a cualquier pregunta que la familia pueda tener acerca de lo que es la esquizofrenia y de cómo se trata.
 En ocasiones, las personas con esta enfermedad no son capaces de comunicarse durante una evaluación, y en algunos casos solo un miembro de la familia del paciente podrá hablar de su conducta o ideas diferentes. Por lo tanto, su apoyo puede ser muy útil en las citas médicas. La persona relacionada con el paciente esquizofrénico también puede contribuir aportando datos sobre los antecedentes médicos de la familia y los medicamentos que éste ha estado tomando. Es posible que necesite hacer preguntas sobre la medicación, los efectos secundarios, los riesgos a largo plazo para la salud y la posibilidad de hospitalización. Es aconsejable preparar una lista con las preguntas de antemano y llevar consigo papel y bolígrafo para tomar notas.
Responder al comportamiento y a los síntomas
En ocasiones, quienes están cerca de personas con esquizofrenia no saben muy bien cómo reaccionar cuando los pacientes afirman cosas que parecen extrañas o son claramente falsas.
 Para la persona con esquizofrenia, las creencias excéntricas o alucinaciones son bastante reales y no algo que sucede simplemente en su imaginación. En lugar de “aceptar” estos delirios, los miembros de la familia o amigos pueden decirle que no ven las cosas del mismo modo o que no están de acuerdo con sus afirmaciones, reconociendo al mismo tiempo que las cosas pueden parecerle distintas al paciente.
Los cuidadores deben intentar no desafiar las creencias de las personas con esquizofrenia pero, al mismo tiempo, no deben estar de acuerdo con los delirios del paciente. Si lo hacen, pueden minar su autoestima y sus estrategias de afrontamiento, lo que podría provocar una recaída. Con el acuerdo pleno por parte del paciente, también podría ser útil para las personas que conocen bien al paciente esquizofrénico llevar un registro de los tipos de síntomas que aparecen, los medicamentos (incluidas las dosis) que se han tomado y los efectos que los distintos tratamientos han tenido en el paciente. Al reconocer síntomas anteriores, los miembros de la familia pueden estar alerta a los signos de recaída. La familia podría ser capaz incluso de identificar algunos de los signos de alerta tempranos de posibles recaídas, como un mayor retraimiento o cambios en los patrones de sueño. Así, la reaparición de la psicosis puede detectarse pronto y el tratamiento puede impedir una recaída completa. Sabiendo qué medicamentos han ayudado y cuáles han causado efectos secundarios problemáticos en el pasado, la familia puede contribuir a que los responsables del tratamiento del paciente identifiquen rápidamente la mejor solución.
Motivación
La familia y los amigos desempeñan un papel fundamental a la hora de motivar a su familiar/amigo con esquizofrenia a seguir con la medicación y obtener los beneficios de un tratamiento a largo plazo1,9.
 Las personas cercanas al paciente pueden desarrollar estrategias para asegurarse de que la medicación se toma según se prescribió y forma parte de la vida y rutina diarias1,9. De este modo, los cuidadores pueden cerciorarse de que los medicamentos se toman regularmente, algo especialmente importante para obtener todos sus beneficios a largo plazo25.
 La familia y los amigos también pueden notar signos tempranos de que el paciente está luchando contra algo o de que está sufriendo efectos secundarios desagradables, de modo que pueden animarlo a hablar con su médico. Esta función puede ser muy importante, ya que a veces las personas con esquizofrenia se muestran reticentes a ir al médico. Una vez que el médico conozca el problema, podrá trabajar con el paciente para encontrar una solución que mejore su situación, por ejemplo, cambiando la dosis de la medicación antipsicótica, recetando fármacos para ayudar a contrarrestar los efectos secundarios o simplemente dando consejos prácticos sobre cómo tratar estos efectos secundarios.
Un enfoque positivo
Los familiares, los amigos y los grupos de compañeros pueden ofrecer el apoyo y el ánimo necesarios para que la persona que sufre esquizofrenia consiga mejorar.
Los que sufren de esquizofrenia, como todas las demás personas, necesitan saber cuándo están haciendo las cosas bien. Un enfoque positivo podría ser útil y mucho más eficaz a largo plazo que criticar a la persona esquizofrénica, cuyos pensamientos
y comportamientos pueden verse alterados por su afección.
Cómo comunicarse con los demás
A las personas que sufren esquizofrenia les preocupa a menudo lo que otros piensen de su enfermedad.
Esto puede hacer que dejen de hablar con otras personas acerca de su afección. Una opinión frecuente es que las personas que sufren esquizofrenia son “criminales violentos” o tienen un “desdoblamiento de la personalidad”. Los familiares y amigos pueden contribuir a concienciar sobre la esquizofrenia mostrándose abiertos con respecto a la enfermedad y hablando de su impacto. Fomentar una relación positiva entre la persona con esquizofrenia y sus familiares, en la cual se sienta valorada, puede ayudar a mejorar la confianza que tiene en sí misma.
Ayuda y asesoramiento adicional
Cuidar de una persona que tiene dificultades de salud mental puede suponer un reto y conllevar un impacto práctico y emocional considerable en la vida del cuidador. Por ello, es importante que los cuidadores también soliciten ayuda y orientación para sí mismos
28/5/2012 tomado de esquizofrenia24x7.com

lunes, 21 de mayo de 2012

LA FALTA DE CONCIENCIA SOBRE LA ENFERMEDAD ES LA PRINCIPAL CAUSA DEL ABANDONO DEL TRATAMIENTO


Publicado por Julia el 18 mar. 2008 en Esquizofrenia | 44 comentarios

La falta de conciencia del paciente de esquizofrenia es la principal causa de abandono del tratamiento, ya que la propia enfermedad incapacita a la persona para admitir su dolencia, según explicaron ayer los expertos que participan en la III Semana de Concienciación en Esquizofrenia, organizada dentro del marco del proyecto de Adherencia Terapéutica en la Esquizofrenia (ADHES), y que tiene lugar entre el 10 y el 14 de marzo.
 Esta acción, cuenta con la participación de FEAFES (Confederación Española de Agrupaciones de Familiares y Personas con Enfermedad Mental) y con la coordinación de psiquiatras españoles que tienen como objetivo común profundizar en la falta de conciencia de enfermedad en pacientes con esquizofrenia y su relación con el incumplimiento terapéutico.
 Según los especialistas, el paciente de esquizofrenia no es capaz de descubrir los avances y las ventajas de los nuevos medicamentos, ya que no se considera enfermo, ni reconoce las consecuencias de la enfermedad o cómo afectan en su vida. Así, el psiquiatra del Instituto Municipal de Psiquiatría de Barcelona, el doctor Alfonso Rodríguez explicó que “mientras que antes pensábamos que se trataba de un enfermo terco, que se avergonzaba de su enfermedad porque eso supone que lo marginen en su entorno, hoy nos damos cuenta de que el problema radica en que la enfermedad no le permite ver lo que realmente ocurre”.
 Según los datos expuestos por los expertos, el 25 por ciento de las personas que sufren esquizofrenia abandona el tratamiento en la primera semana, un 50 por ciento durante el primer año, y un 75 por ciento durante el segundo año. El riesgo de estas personas de sufrir una recaída y de ingresar en el hospital se multiplica por 5, y aumenta hasta 4 veces el tiempo de estancia.
 A este respecto, los expertos señalaron que el objetivo primordial es aplicar medidas en las primeras etapas para que el enfermo sufra el menor número de recaídas posible. Según el doctor Rodríguez, “para conseguir una adherencia al tratamiento no hay que plantear argumentos sobre la enfermedad que su lógica no pueda entender o admitir, ya que crea una barrera insalvable. Por el contrario, hay que convencer al paciente con argumentos no racionales, que les pueda satisfacer e interesar, sobre asuntos cotidianos”, apuntó.
 Otro de los síntomas que demuestran la falta de conciencia de la enfermedad, según el doctor Rodríguez, es que los pacientes continúan sin adherirse al tratamiento a pesar de que los efectos secundarios de los medicamentos no sean tan evidentes y molestos como antes (rigidez o falta de expresividad en la cara), y se limiten a otros leves, como el aumento del apetito.
 DÉFICIT ASISTENCIAL
Por su parte, la gerente de ADHES, Rosa Ruiz, señaló que “un factor importante para implicar al enfermo en la adherencia al tratamiento se consigue a través de una adecuada información, tanto a la familia como al paciente, y una atención psicoterapéutica que complemente el tratamiento farmacológico. El problema en España es que existe un déficit asistencial y de recursos para apoyar el tratamiento integral”, añadió.
 En este sentido, el catedrático de psiquiatría de la Universidad de Sevilla, el doctor José Giner, apuntó que “siempre ha habido una falta de apoyo psicoterapéutico. El problema es que el tratamiento farmacológico es urgente y se realiza inmediatamente, mientras que el resto de tratamientos, a pesar de ser importantes, se posponen. El psiquiatra necesita un gran número de horas, y a veces lo que se intenta es formar grupos, aunque no resulta tan eficaz”, añadió.
 Durante esta III Semana de Concienciación se pretende recoger, a través de encuestas dirigidas a psiquiatras, familiares y pacientes, la opinión de todos los colectivos implicados en el cumplimiento terapéutico de las personas con esquizofrenia, el grado de satisfacción con dicho tratamiento y el nivel de conciencia de la enfermedad.
 “Con esta actividad se busca hacer reflexionar sobre el hecho que condiciona de manera más importante el éxito o el fracaso en el manejo de la enfermedad”, apuntó el doctor Rodríguez. “De esta forma, los psiquiatras podrían ofrecer el mejor tratamiento, y la mejor información a sus pacientes para que estos entiendan por qué se les medica, lo que seguramente mejoraría la satisfacción del paciente con el tratamiento. Por su parte, los familiares podrían apoyar al paciente a superar las dificultades del día a día y los pacientes cumplirían con las recomendaciones de su terapeuta. Esto es mucho más fácil si los pacientes entienden que están enfermos”, añadió el experto.

Fuente: Saludalia, 12/03/2008

miércoles, 16 de mayo de 2012

LA FAMILIA DEL ESQUIZOFRENICO


La familia del esquizofrénico
Publicado por Julia el 16 feb. 2009 en Esquizofrenia, Salud mental | 43 comentarios
El que sigue, es un comentario de un familiar afectado, realizado dentro del contexto del Congreso Virtual de Psiquiatría, que por ser tan directo y sincero queremos destacar y divulgar en esquizo.com. Realmente si que existen folletos divulgativos sobre la esquizofrenia, pero posiblemente son pocos o no llegan a los interesados, sobre todo a los familiares.
Enviado por: quincho al Congreso Virtual de Psiquiatria. 02-12-08 11:04
ESQUIZOFRENIA. LA FAMILIA, LA GRAN OLVIDADA
A pesar de la amplísima bibliografía que hay sobre la Esquizofrenia, nunca me ha sido fácil encontrar un manual práctico multidisciplinar y gratuito, para que la familia sepa lo que hacer en general y en cada circunstancia concreta de la enfermedad.
En el tratamiento de la esquizofrenia y de otras enfermedades mentales, es de vital importancia para la calidad de vida del paciente, el apoyo de la familia, de los padres en la mayoría de los casos. Lamentablemente el proceso es tan deteriorante para los familiares que no son capaces de ofrecer ese apoyo, siendo incluso contraproducentes muchas de sus actuaciones con el enfermo. Pues bien, esta pieza fundamental, clave y sustitutória, en gran medida del Estado en el tratamiento de la enfermedad, es la gran olvidada. Aunque se anuncia desde las instituciones, con pompa y boato, no existe en la actualidad un apoyo integral a la familia.
Hay veces en las que alarmar es prevenir. Por eso trataremos en lo que sigue con imaginación y extremismo, de adentrarnos en lo que pasa por la cabeza de La familia tipo del esquizofrénico. Integrada sin duda por mas del 70% del colectivo. Sus características podrían ser:
Falta de reconocimiento de la enfermedad incluso con el informe delante. No van a perder la esperanza nunca, lo cual es bueno y posible. Su hijo no es un enfermo crónico. Posiblemente los médicos se han equivocado. No puede existir un horizonte vacío para su hijo.
Lamentable desconocimiento de la enfermedad, a la que no quieren enfrentarse, en detrimento de ellos, el enfermo, y la sociedad. Les resulta tremendamente doloroso informarse de algo que no acaban de reconocer. Por otro lado, su calvario concreto y diario en horario continuo, no les permite dedicarse a otra cosa.
No saben que son Alucinaciones y Delirios.. No saben del sufrimiento de su hijo con esta sintomatología descontrolada, ni lo que probablemente ve, oye, desconfía y piensa. No saben que su hijo tiene unas carencias sistémicas. No saben que su hijo a perdido parte ó toda la realidad.
Desinformación total de los avances científicos. No saben, los que no la utilizan, que es la medicación Depot y su mayor generalización en el futuro una vez consensuado el alto grado de abandono de la medicación por los pacientes. Probablemente ya de aplicación en su hijo. No saben de la incipíencia de la neurología en este tema.
Los padres no pueden quedarse quietos con su desconsuelo y su pena. Nunca podría ser de mas aplicación, que en esta materia, el dicho de “el que no llora no mama”. Los déficits sanitarios, jurídicos, administrativos, laborales etc., decisivos en la calidad de vida del enfermo hacen imprescindible que la familia sea la más informada, hábil y activa.
Su hijo tiene que recibir una rehabilitación psicosocial, tiene que formarse en habilidades sociales, cursos en las distintas especialidades para encontrar empleo o estar entretenido. El abanico es amplísimo. Tienen que solicitar el reconocimiento de Minusvalía, que es compatible con todo y que le va abrir las puertas de la Administración al mercado laboral concertado y protegido.
Que muy posiblemente tienen cabida en la ley de la Autonomía y Dependencia mal armonizada con la minusvalía y favorable a la primera en las prestaciones al cuidador. Ellos son en muchos casos, un claro cuidador permanente que puede ser retribuido.
Pero que paradoja legal. El cuidador del dependiente tiene que ser formado, el cuidador del enfermo mental como tal, no. Cuanto camino por recorrer.
Tienen que tener a mano, los teléfonos claves, toda la documentación e informes diagnósticos de su hijo, pues los van a necesitar repetidamente. Nunca se deben marchar de la sanidad sin un diagnostico numerado. Tienen que tener planificada su actuación en casos de crisis.
Tienen la difícil tarea de involucrar y movilizar al muchas veces depresivo paciente, en las anteriores iniciativas. No se pueden rendir, tienen la obligación de luchar.
Pero atención, si no son capaces de controlar el proceso, de tal forma que peligre su integridad o la de los demás, también tienen que identificarse, desistiendo y promoviendo la incapacitación y el internamiento del enfermo. Incluso, caso de peligrosidad reiterada y extrema, no deben asumir su tutela por supongo la imposibilidad manifiesta de hecho, cual es la violencia de genero del enfermo. El código civil también habla de manifiesta enemistad a la hora de eludir la tutela. Queda precioso.
Habría mucho que hablar sobre las lagunas legales sobre la materia y de las obligaciones ineludibles del Estado, pero nos alejaríamos del tema que nos ocupa, la familia.
Como consecuencia de lo anterior, van aprendiendo a base de batacazos y peligros.
Normalmente, desafortunada relación con el paciente, al que tratan muchas veces como normal y del que siempre esperan su afecto. O al que se enfrentan o tratan de hacer razonar, cuando la clave es la delicadeza extrema y un método de relación estudiado. En general sobreprotección cuando lo recomendado es autonomía, pues el paciente debe desenvolverse y prepararse para acabar solo. Por otro lado, al no saber tratarlo, ni dar por bueno su mundo irreal, pierden su confianza, lo cual es muy grave, necesitando frecuentemente de mediadores en los momentos más álgidos.
No saben que una de las grandes clave del bienestar del enfermo es su Adherencia al tratamiento farmacológico.
El paciente, sin insistencia exquisita, va a estar sucio, no se va a lavar los dientes, no tendrá disciplina al comer, le dará igual ponerse una cosa que otra, no tendrá educación. Va a salir a la calle y ya va a ser reconocidos por su aspecto. El paciente tendrá que someterse a rehabilitación y tratamientos psicosociales, muchos de ellos mecánicos que incidan en su identificación y en las consecuencias del abandono de la medicación, el consumo del alcohol y las drogas. El aprendizaje y puesta en práctica por el enfermo de las tareas cotidianas de la vida y su relación con los demás, también formarán parte de ese aprendizaje.
Normalmente, falta de fluidez en la relación con su medico y psiquiatra del centro social, personas claves en el tratamiento y a la hora de un internamiento no traumático. Tienen que conseguir facilidad de acceso a esas personas, sobretodo en circunstancias criticas. Tampoco suelen tener claras las competencias de cada uno de los profesionales que intervienen en el proceso.
Falta de eficacia y actuación en la detección y tratamiento de la de crisis. Tienen que anticiparse reconociendo los síntomas pos- recaída. Hay comportamientos del paciente como insomnio, nerviosismo y rarezas, enunciativos de la crisis. Tienen que tener clarísima su actuación cuando la recaída se presenta. Por el contrario suelen pensar, que el enfermo se va a curar, que cuanto menos dosis mejor, deporte pase lo que pase. Que socialización mejor que medicación. No saben que el enfermo va a dejar la medicación y que es un experto en engañar. Incluso mantienen la recaída del enfermo hasta que la situación se convierte en límite.
No tienen que esperar a que sea el propio paciente el que se rinda por su deterioro, como suele ocurrir en gran medida ó que sean las fuerzas de orden público las que procedan a su ingreso ó prisión.
Sentimiento de culpabilidad. Creen que la enfermedad de su hijo es culpa suya por haberlo desatendido. Posiblemente piensen que también son culpables determinadas amistades ó regímenes políticos por su permisividad. No saben que la enfermedad se hubiera producido inevitablemente igual sin ellos ó sin ningún detonante personal, familiar o social. Que estaba allí latente a la espera de surgir.
Desconocimiento de las posibilidades reales del paciente. Muy pocos consiguen empleos estables. Un 10% se suicida. Como evitarlo. Cuales son los momentos críticos (parece ser que durante el restablecimiento de la recaída). No valoran, por agotador, la importancia que tiene que el enfermo este activo. Desconocen que más del 50 % de los enfermos durante las crisis, por insoportables, se van a refugiar en el alcohol y la droga. Mas del 50% deja la medicación. Su esperanza de vida es menor que el de la población, razón por lo que deben de luchar contra su gran tendencia al sedentarismo. El enfermo medicado es inofensivo. El enfermo sin medicar o en crisis se puede deteriorar más y su comportamiento es impredecible.
Aislamiento social, de ellos y del enfermo. No pueden superar los estigmas sociales. Su angustia, incomprensión, irascibilidad y desesperación se convierten en su pasaporte para la pérdida de amistades y familiares. Sus relaciones matrimoniales se deterioran muchas veces. Nadie sabe lo que están pasando. Van a esconder al enfermo ante la sociedad y sus amistades. Ellos van a salir cada vez menos. Van a desconectar el teléfono incluso. No saben ni admiten que necesitan ayuda
Desconocimiento en general de los medios de protección de los que dispone el enfermo y ellos. En general desconfianza y cautela. Desconocen las ventajas de la minusvalía como paso previo para muchas cosas como la pensión, empleo tutelado, cursos, impuestos etc. No saben exactamente en qué circunstancias extremas hay que pedir la incapacitación. En general desconocen sus derechos y la iniciación de cualquier procedimiento. Asesoría laboral, jurídica, autonómica, Municipal etc., están ahí esperándoles.
No van a entrar en Internet a informarse a pesar de que está todo lo que necesitan saber.
Deterioro paulatino tanto mental como físico. Depresión, ansiedad, gran sufrimiento. Problemas respiratorios y vasculares. Sedentarismo paralelo al del paciente. Necesitan ayuda
Pues bien que hacer ante este panorama límite que he presentado, con la certeza de que la mayoría de los mas necesitados a quien va dirigido, no lo van a leer.
Mi propuesta es la siguiente:
Desde el momento en que se diagnostique al paciente y empiece su tratamiento, tiene que empezar también el tratamiento de los padres. No es optativo es presquiptivo, instrumentando las medidas necesarias para su cumplimiento.
Se trataría de un tratamiento multidisciplinar, anticipativo y de apoyo que abordará todos las carencias informativas y aspectos que he avanzado anteriormente. Se les va a informar con claridad de lo que le pasa a su hijo y va ser muy duro y largo en algunos casos, pero necesario.
Entiéndase que se trata de una medida de protección del enfermo, de la familia y de la sociedad. El esquizofrénico descompensado, haga lo que haga no es un criminal, ya que ha perdido la realidad. Precisa de un internamiento psiquiátrico, no de una sentencia condenatoria y cárcel. De su control y equilibrio estoy seguro, que es la familia la que más tiene que aportar si está preparada.
Cada una de las 400.000 familias de Esquizofrénicos que hay en España, tiene que salir del médico con él diagnostico, un compromiso y un manual introductorio-informativo que van a leer.
Mucho hay que avanzar en la problemática de las enfermedades mentales en su triple pilar, Profesionales, Administración-Justicia y Familia. Pero mientras las dos instituciones primeras conocen su quehacer, ya que los profesionales tienen sus protocolos, y la Administración-Justicia tienen sus leyes de turno, la familia solo tiene su soledad. Espero que este ensayo y su divulgación por quien lo considere, sea parte de ese avance.